Post coitum omne animal triste. -Anónimo, latín postclásico

Friday, February 11, 2011

¿Por qué unoscuantos son muy ricos y la mayoría muy pobres?


¿Dónde está la fuerza que
causa nuestra miseria?
—Juan Rulfo



Se me murió un amigo: Ramón Eduardo Ruiz. Vivía en Rancho Santa Fe, California, un poco arriba de San Diego. Nació en 1921. Dedicó toda su vida a México y a su historia. En 1998 el presidente Clinton lo condecoró en la Casa Blanca: le puso una medalla por su muy sobresaliente trayectoria intelectual y académica. Entre muchas otras cosas, como escribir quince libros y numerosos ensayos sobre México (no creía que la mexicana hubiera sido una Revolución), fue el fundador del Departamento de Historia de la Universidad de California en La Jolla.
Tenía poco mas de 21 años cuando estuvo volando como piloto un B-24 entre Guam y Tokio, cuando las superfortalezas norteamericanas no podía aterrizar aún en la isla de Ivo Jima que quedaba a medio camino. Después de la guerra Ramón Eduardo Ruiz no quiso volver a saber nada de los aviones. Le aburrían, decía. “Son demasiadas horas sin hacer nada.” Obtuvo su doctorado en historia por la Universidad de Berkeley.
Ya sobre los 89 años se le declaró una enfermedad de la sangre pero curiosamente no fue la que se lo llevó de este mundo. Una mañana, en julio y en el jardín de su hermosa casa de Rancho Santa Fe, se tropezó y dio con la cabeza en una losa y ese accidente fue el que determinó su muerte.
Era una ser muy particular. Un hombre bueno y elegante, tierno y sabio. Su gran pasión fue la historia de México como se ve en sus libros: La gran rebelión: México, 1905-1924, Triumphs and Tragedy: A history of the Mexican People (1992), On the Rim of Mexico: Encounters of the Rich and Poor (1998).
Casi ninguno de sus libros fue traducido al español. No solía invitársele a conferencias o simposios como los que se han celebrado este año a propósito del bicentenario, acaso porque resultaba un pensador demasiado incómodo para las gentes de la academia o los intelectuales que cuentan: era un historiador de izquierda, no sé si marxista. También escribió un libro sobre Cuba: The Making of a Revolution (1968). No daba clases ni conferencias en el Ajusco, pero sí en Trinity College, en Oxford, Inglaterra, o en Stanford, Princeton, Harvard.
La excepción editorial es México: ¿Por qué unos cuantos son ricos y la población es pobre?, que acaba de publicar la editorial Océano en traducción de Enrique Mercado. “¿Por qué un país potencialmente tan rico continúa sumido en la pobreza, la corrupción y la injusticia? Este es un libro valiente, colérico y absolutamente indispensable”, se plantea Timothy J. Henderson.
Es una pregunta que los mexicanos nos hacemos todos los días.
Perfectamente bilingüe (había nacido en San Diego de padres mexicanos), en su autobiografía Memories of a Hyphenated Man (2003) cuenta lo que significaba para él ser estadounidense por nacimiento y mexicano de corazón. Un hombre entre guiones: Mexican-American.
Su libro es desgarrador: se esfuerza por entender por qué hemos llegado a ser un país de quinta fila, incapaz de organizar elecciones limpias, por qué la prosperidad sólo ha beneficiado a unos cuarenta grupos de compadres, empresarios, políticos, narcotraficantes.
Nos hemos vuelto imitadores y no innovadores. Somos unos copiones, todo se lo copiamos a Estados Unidos, especialmente los ricos con lazos económicos con el capital estadounidense.